Mala hierba nunca muere

Si llevas un tiempo por aquí, sabrás lo mucho que me gusta la jardinería.

Hace ya unos años, estuve en un huerto urbano de mi (ex) barrio.

Casi todos los que estábamos ahí solíamos plantar lo mismo… y solíamos tener los mismos problemas.. ya sabes: plagas de pulgones, malas hierbas, caracoles..

Había, eso si, diferencias entre el estilo de cada vecino a la hora de enfrentar estos contratiempos..

Por ejemplo:

Uno de los vecinos… llamémosle “Juan” se obsesiona con tener su parcela impoluta.

Pasaba horas arrancando las malas hierbas una por una y limpiando las hojas de bichitos.

Juan se enfadaba mucho cuando veía que las malas hierbas volvían a crecer, o cuando aparecían mosca blanca o pulgones en alguna planta.

Cultivar su parcela se parecía más a una “lucha” que a otra cosa.

Se le veía siempre frustrado, quejándose de algo, enfadado..

Otro de los vecinos.. llamémosle Pedro, en cambio, tenía un enfoque diferente:

También quitaba las malas hierbas, y fumigaba contra los pulgones con mejunjes ecológicos, pero no se obsesiona.

Sabía que no podía eliminar por completo las malas hierbas y los bichitos. Así que, en vez de luchar tanto, se enfocaba en cuidar sus plantas.

Estudiaba la mejor frecuencia de riego, cómo abonar cada planta y podar. Miraba los ciclos lunares para plantar el mejor día y cosechar en el mejor momento… estudiaba la mejor manera de hacer compos, y se entusiasmaba cuando comenzaban a salir los primeros tomates.

Pedro se divertía, aprendía.. para él cultivar era un placer, una aventura.

Se le veía siempre entusiasmado, compartiendo lo que aprendía con los demás, con una actitud curiosa y relajada.

¿Qué parcela crees que dio mejores cosechas? La de Juan o la de Pedro?

Spoiler: la de Pedro, claro. Porque fue quien se centró más en las necesidades de sus plantas para crecer bien.

Esta historia nos muestra dos formas de enfrentar problemas.

Podemos obsesionarnos y frustrarnos queriendo erradicar “lo malo” como Juan. O podemos aceptar y enfocarnos en lo que nos hace avanzar y crecer, como Pedro.

y aquí entra un concepto muy mal entendido: La aceptación.

He escrito un artículo llamado "La aceptación: qué es y cómo trabajarla". Donde intento explicar un poco qué es esto de la aceptación en psicología y por qué es importante:

Al igual que Pedro, tú también puedes cuidar tu "huerto interior".

Sin enredarte en la lucha y enfocándote en lo que sí puedes controlar y te hace crecer y avanzar.

Un abrazo!