"Sanar" El pasado

En terapia, muchas veces me he encontrado con personas que me comentan que necesitan “sanar” cosas de su pasado…

Y que al intentar “resolver” estos temas con las personas implicadas acabaron peor que antes.

(Incluso los hay que han dado estos pasos por recomendación de algún terapeuta que les hizo más mal que bien. Pasa.)

Por ejemplo, imaginemos un ejemplo ficticio, llamémosle Marta:

Marta tuvo una infancia difícil con unos padres muy críticos.

Ahora, cada vez que intenta emprender algo nuevo, escucha una voz en su cabeza que le dice: "No eres lo suficientemente buena"... y otras cosas menos suaves.

Marta fue a terapia.

Se dio cuenta de que su “crítico interno” provenía de la voz interiorizada de sus padres.

Hasta ahí bien.

Peeero…

Marta quiso “sanar” confrontando a sus padres en el presente.

Tuvo una conversación “seria” con ellos y les explicó el dolor y las inseguridades que le causaron con su actitud, el “trauma” que le crearon… y les exigió una disculpa.

Lo hizo desde el resentimiento, el dolor, el reproche…

...todo esto cogió por sorpresa a sus padres, ya muy mayores, que no entendían nada.

¿Qué crees que pasó?

No solamente no cambió nada, no se “sanó” nada… sino que se aumentó el dolor, se reabrieron heridas… y se crearon nuevas.

La relación con sus padres empeoró.

...y el “crítico interno” seguía ahí... más “on fire” que nunca.

He tenido muchas “Martas” que acudieron a mi consulta en ese punto.

Te voy a revelar una cosa importante, que Marta en su día aprendió con dolor:

No se puede “Resolver” el Pasado.

La idea de que debemos tener conversaciones difíciles con aquellos que nos han herido en el pasado para sanar puede ser una trampa.

Aunque, a veces, hay conversaciones que pueden ser útiles (OJO: no digo que no), no siempre son necesarias ni son la mejor opción.

De hecho, insistir en estas confrontaciones puede, en muchos casos, reabrir viejas heridas y generar más malestar que alivio.

Nos enreda en el rencor, en la queja, en el victimismo y la frustración.

A veces es mejor dejar que el Pasado se Quede en el Pasado y centrarse en el Presente.

En lugar de quedarnos atrapados en el pasado, lo que realmente importa es cómo estas experiencias pasadas nos están afectando en el presente. .. y trabajar desde el hoy.

Imagina que cada problema del pasado es como un capítulo que has terminado de leer de un libro que se está escribiendo.

Por mucho que debatas sobre cada capítulo, por mucho que lo releas en voz alta, ya no puedes reescribirlo: ya está escrito. Quedarte atascado en releer y analizar un capítulo difícil puede acabar impidiéndote avanzar en la historia.

En cambio, podemos aceptar que esos capítulos están escritos y centrarnos en escribir los próximos con más cuidado y atención.

Si te interesa aprender a enfocarte en el presente, desatascándote de lastres del pasado, te invito a la membresía del Club Estratégico.

En agosto, hablaremos de estrategias para salir del bucle de la queja y comenzar a vivir de manera más plena. Hacia adelante.

Un abrazo!

 

P.D. "No puedes volver atrás y cambiar el principio, pero puedes comenzar donde estás y cambiar el final." – C.S. Lewis